domingo, 6 de julio de 2008

el lobby de la sangria

Estados Unidos es un claro ejemplo de cómo el lobby sirve para la defensa de cualquier tipo de interés, empresarial o ciudadano, económico, moral o lúdicofestivo. Estos días en el Estado de Virginia hemos asistido a la culminación de una campaña de lobby para algo tan español como la legalización de la sangría.

La historia empezó en 2006 cuando los inspectores estatales impusieron una multa de 2000 dolares a La Tasca, un bar de tapas españolas situada en King Street en el Old Town de Alexandría. El motivo: que el bar ofrecía en su carta hasta 6 tipos diferentes de sangría que se podían contemplar dispuestas en distintas jarras en la barra del bar. La bebida era un éxito porque, según el manager del local, a la gente le encanta ver lo que consume.

Quizás ese fue el problema, que entre frutita y frutita, el alcohol parecía esconderse pero como la sangría era una de sus bebidas estrella, el local inició una campaña de grassroot lobbying con todos sus ingredientes. Ignoro si contrataron alguna empresa especializada pero en un espacio corto de tiempo el tema pasó de los clientes a la prensa local, luego al Embajador de España, que escribió una carta de apoyo al producto "tipical spanish"... al final los políticos locales, del Congreso Estatal de Virginia, se hicieron eco y uno de sus delegados, el demócrata Adam Ebbin, lo introdujo en la agenda legislativa del Estado de Virginia en 2007. Hace unos días, finalmente se aprobó la Sangria Legislation Act of 2008, con la oposición Republicana.

Algunos están tan ilusionados que dicen que este es sólo el primer paso y las empresas de la restauración han empezado a trabajar para que se regulen los anuncios por internet de la ABC (alcoholic beverage control), algo que consideran una limitación inconstitucional del la libertad de expresión, según preveen los repúblicanos volverán a dar problemas, pero esta vez me importa menos. Y uno de los candidatos a ser gobernador del Estado, un delegado demócrata, quiere convertirle en un elemento más de su campaña electoral.

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