El martes 13 leí en Expansión un artículo de Raúl del Pozo titulado: "Correa, lobista". Me sorprendió que Del Pozo identificara así a Correa simplemente porque, según decía, ha robado, ha usado el tráfico de influencias y ha cultivado a los políticos a base de regalías, comidas y viajes... Vamos, que los lobistas, según parece, somos unos ladrones.
Aunque entiendo que en España queden algunos restos de esta visión anticuada del lobbista, creo que todos nosotros podemos trabajar por seguir dando a conocer nuestra actividad, defender su profesionalidad y recordar que es un instrumento democrático y legítimo, y que en España precisamente estamos trabajando para que se normalice en un marco legal y transparente.
jueves, 15 de abril de 2010
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