jueves, 22 de enero de 2009

El lobby y los despachos de abogados

Interesante artículo publicado en Expansión, para el que me preguntaron mi opinión:

REPORTAJE
Los bufetes ganan más de cien millones por su labor de ‘lobby’

Publicado el 13-01-2009 , por Mercedes Serraller. Madrid

Las 20 primeras firmas ingresan más de cien millones de euros por su trabajo ‘lobbista’. Los expertos auguran que en breve se legislará al respecto y les aconsejan que defiendan sus intereses en el debate.

Los bufetes que realizan lobby en España son los primeros espadas del ránking de la abogacía de EXPANSIÓN. El volumen de negocio que genera la actividad de los veinte primeros ronda el 10% de la facturación de los despachos según reconocen fuentes de las propias firmas y del lobbismo profesional, lo que supera los cien millones de euros. Es difícil ajustar más esta cifra ya que en la contratación de un bufete influyen en gran medida los contactos que pueda proporcionar al cliente. Se trata de una labor que roza lo intangible y que crea numerosas sinergias y, en definitiva, negocio.

Sin embargo, son pocos los abogados que hablan abiertamente de una actividad a la que la ausencia de regulación en España –a diferencia del mundo anglosajón– puede rodearse de connotaciones peyorativas. Javier Cremades, socio director de Cremades & Calvo-Sotelo, aboga por la transparencia, “que beneficiaría a todos e incrementaría el volumen de negocio”, apunta.

Cremades estima que su despacho factura más de un 10% en actividades de lobby y no le parece desacertado que sea así en el resto de firmas. Recuerda que muchos bufetes incorporan a profesionales de la Administración. Pero aclara: “Las firmas que hacemos lobby, lo realizamos siempre en relación con el asesoramiento jurídico”.

La clave

-El volumen de negocio que genera la actividad de los veinte primeros bufetes de España ronda el 10% de su facturación, lo que supera los 100 millones de euros, estiman algunas firmas. Para los lobbistas, más del 80% del negocio del lobby está en manos de abogados.

Así, Javier López Antón, socio director de DLA Piper, no cree que el abogado actúe como lobby más que otros profesionales. “Nadie nos llama para ser conseguidores sino asesores jurídicos”, dice.

Rafael Rubio, profesor de Derecho Constitucional en la UCM, ratifica que “los despachos son un lugar privilegiado para conseguir estos contactos y así lo detecta el cliente”. Rubio lamenta que los bufetes no traten abiertamente el asunto, máxime cuando a instancias de la sensibilidad europea –a través del Libro Verde de la Transparencia Europea y del registro de lobbies de Bruselas–, en España se va a legislar este asunto en breve: “Si los despachos quieren salir favorecidos, deberían crear opinión pública al respecto. Si no, sólo usan del lobby su parte más primitiva”, considera. Se trata, a su juicio, de uno de los grandes debates de la democracia, que ya Fraga quiso llevar en la Constitución.

Rubio recuerda que, según investigó, muchos despachos hicieron de grupo de presión en la reforma del IRPF en 1996 y mandaron un 80% de las 780 cartas que recibieron los grupos parlamentarios.

Los despachos que hacen ‘lobby’, lo realizan “siempre en relación con el servicio jurídico”

También lamenta la opacidad de los bufetes Álvaro Matud, director del Master de Comunicación Institucional y Política que organizan Cremades & Calvo-Sotelo, la Universidad Carlos III y Unidad Editorial. Lo atribuye a las “implicaciones negativas de la palabra lobby, que se relaciona con el amiguismo, cuando desempeña una labor fundamental en la democracia de defensa del interés particular dentro del interés general”.

“Que se regule, pero, sobre todo, que se normalice” pide Javier Fernández-Samaniego, socio director de Bird & Bird. “Habría abogados lobbistas, pero la parte del lobby no jurídica no debería hacerse, dice el Estatuto”, apostilla.Para José Ramón Caso, Ceo de Ketchum Lenci Public Affairs, especializada en lobby, “todo lo que sea profesionalizar es bueno”.

Aunque señala que afectaría a la confidencialidad, cree que si un cliente contrata a un despacho para influir en el nuevo marco de medio ambiente de Obama, por ejemplo, el interés superior es el público”.

Algunos lobbistas profesionales como Agustín de Uribe, presidente del Gabinete Uribe, critican la opacidad de los bufetes y piden regulación y transparencia. “Los abogados se escudan en la confidencialidad”, dice.

En la reforma del IRPF del 96, las firmas enviaron el 80% de cartas que recibió el Congreso

Según Alfonso López, director de Reti España, “los bufetes perderían una parte importante de su negocio si se regulan. Más del 80% del negocio del lobby en España está en manos de abogados, lo que supera los cien millones de euros”.

Sin embargo, José Manuel Villar, socio de Villar Arregui, apunta que “los lobbies funcionan bajo cuerda en todas partes, también en el mundo anglosajón”.

Fuentes de un despacho internacional cuentan que es una actividad que desempeñan los grandes bufetes nacionales. Y quitan hierro al poder de los abogados: “Con la laboralización se intentó hacer lobby y no salió”.

María Rosa Rotondo, presidenta de APRI (Asociación de Profesionales de Relaciones Institucionales), desea que se regule según las particularidades españolas, proceso en el que APRI va a participar. Rotondo trabaja en Political Intelligence, lobby que recuerda que en el mundo anglosajón tampoco está todo resuelto. Y traen a colación el conflicto que mantuvo DLA con la APPC (Association of Professional Political Consultants), plataforma de lobbies británica en el que hay que estar para ejercer esta labor. El bufete se quejó de que la confidencialidad no le dejaba registrarse y denunció infracciones de competencia.

Ya previsto en el Estatuto de la Abogacía

-“La defensa de intereses ante las Administraciones públicas se encuentra ya prevista por el Estatuto General de la Abogacía de 2001”, explican fuentes del CGAE (Consejo General de la Abogacía Española) en Bruselas. “Los abogados se encuentran, en términos generales, plenamente capacitados para asumir esta labor, si bien siempre debe tenderse a la mejora continua a través de una formación especializada”, añaden. José Luis Espinosa, miembro del ICAV (Ilustre Colegio de Abogados de Valencia), considera, a titulo personal, que los lobbies se van a regular en breve. Le parece que la transparencia es buena, pero alerta contra “el exceso de regulación, que hace que las cosas no cambien”. Para José María de Areilza, decano de IE Law School, “los despachos están para servir a sus clientes, tienen una labor también de asesoramiento político y estrategia”. Y cree que podemos “aprender mucho de la experiencia europea”.

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