Para CiU, representada por Jordi Jané,
el camino no es una moción "reactiva", para promover un comportamiento ético por parte de quienes ejercen o han ejercido un cargo púbico.Lo que no entiendo bien es qué función asignan al Parlamento en situaciones como esta, y en qué consiste, según ellos, la función de control del Parlamento que, según los clásicos, corresponde a las Cortes Generales.
Lo de la diputada del PSOE, Elisenda Malaret, es aún más curioso ya que ha justificado su rechazo en el
objetivo "inaudito" de la moción de que el parlamento controle a la sociedad civil. Resulta anecdótico, por lo demagógico que para eludir el control del gobierno, se acuñe el principio de no control de la sociedad civil por parte del Parlamento, algo que resulta sorprendente si se echa un vistazo a la cantidad de veces que el Parlamento lo ha hecho, lo hace y pretende hacerlo (qué tal la ley de libertad religiosa).
Lo realmente interesante es la identificación que hace el PSOE, o su representante, del lobby con la sociedad civil, se lo creerán de verdad, o sólo lo aplicaran en casos que les afectan directamente.
Lo mejor o lo peor es que sus declaraciones suponen la renuncia del Partido Socialista a regular la materia.
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