Hoy, aprovechando las vacaciones y el puente que nunca vienen mal para eso de la desinformación, la prensa anunciaba que el ex director de la oficina económica del gobierno (ese órgano inventado por Sebastián y que asesora al gobierno en todo tipo de asuntos relacionados con la economía) ficha por el lobby de las grandes constructoras como Presidente.
Es el segundo político en dos días que abandona el servicio público para "darse" a lo privado pero su asunto tiene más miga que el de Zaplana, al tratarse de un alto cargo del Gobierno que abandona su posición para dedicarse al negocio privado en un sector, la construcción, que guarda relación directa con sus responsabilidades previas.
Según la ley de incompatibilidades, un alto cargo como es el director de la Oficina Económica del Presidente, no puede durante dos años ocupar cargo alguno en "empresas o sociedades" relacionadas con el sector en el que ha trabajado pero El País se ha apresurado en aclarar que, antes de conceder su autorización definitiva, el Ministerio de Administraciones Públicas ya ha contestado a una consulta previa de Taguas señalando que la SEOPAN es una asociación sin ánimo de lucro (¿?, que estén atentos el resto de los lobbies) y que por tanto no gestiona contratos. Se trata de algo ridículo cuando de lo que estamos hablando es de una organización que trata de influir de manera clara en la política relacionada con la construcción del gobierno, al que el responsable de la Oficina Económica asesora a través de la Comisión Delegada del Gobierno en Asuntos Económicos, en temas como que el incremento de las VPO, la conversión de viviendas sin vender en vivienda pública, las nuevas desgravaciones por la adquisición de vivienda, la financiación extraordinaria para la constructoras o la prolongación de la hipoteca a los usuarios para fomentar la compra de viviendas. No se trata de la gestión de contratos para una sociedad, sino la gestión de políticas, antes y después del fichaje, que redundarán en el beneficio de al menos las 14 empresas que forman la SEOPAN.Se me viene a la cabeza el famoso caso Bangeman el Comisario Europeo de Telecomunicaciones que ficho la Telefónica de Villalonga. En aquellos tiempos Pedro Solbes, miembro de la comisión mixta para Asuntos de la UE consideró "sorprendente" la actitud de Bangemann. Su compañero en el PSOE Luis Martínez Noval señaló que "no tiene explicación que un comisario europeo aparezca de repente en una empresa del sector que ha estado regulando".
Hoy nada sabemos de su sueldo, y seguimos esperando las declaraciones de Guerra al que ayer le faltó tiempo para criticar la tendencia de los políticos de derechas a irse a la empresa privada (olvidando a Solchaga, Felipe González, Boyer, y suma y sigue) y que hoy debe estar celebrando el día del trabajo.
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