martes, 6 de mayo de 2008

Sigue la batalla por Taguas

La salida de David Taguas del gobierno y su fichaje por SEOPAN sigue levantando ampollas. A las críticas de El País del pasado 2 de mayo responde ahora Público de manera virulenta, no se si por su misión de perro guardián del gobierno, que cada día desempeña con más agresividad, o por lo que les molesta que puedan encontrarse ciertas similitudes con el caso del exsecretario de Estado de Comunicación socialista, Miguel Barroso, que algo tiene que ver con el grupo.

El diario de Roures lanza una lista de hasta 7 ex-altos cargos, casi todos socialistas, que pasaron a engrosar en distintos puestos las filas del Grupo PRISA.

El artículo pone especial énfasis en la figuro de Rodolfo Martin Villa cuyo fichaje por PRISA para presidir Sogecable es tremendamente sospechoso, ya que el susodicho fue franquista y comisionado especial del gobierno del PP para el Prestige, hechos ambos que de manera evidente inhabilitan a cualquiera para trabajar, no en PRISA sino en cualquier empresa.

Al margen de este tipo de fobias del editor comunista y de sus fámulos, el caso más llamativo es el de Miguel Gil,
ex secretario general de la Oficina del Portavoz del Gobierno de Felipe González.

El caso de Gil resulta paradigmático para ilustrar la doctrina seguida por Prisa, la misma que ahora reprocha a Seopan: el 7 de mayo de 1996 cesó en su cargo para incorporarse al grupo propiedad de Jesús de Polanco. Dos meses antes, cuando Gil aún desempeñaba su cargo público, el Consejo de Ministros había aprobado en su sesión del 1 de marzo un acuerdo que daba luz verde a la concentración de empresas entre Telefónica y Sogecable para la explotación de la televisión por cable.


Una vez más las similitudes del caso de Miguel Gil con el caso Barroso y la autorización a la Sexta para emitir en abierto, cuando se estaba comenzado el entierro de la televisión analógica, resultan inquietantes.

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